Hace algún tiempo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) emitió una declaración por la que varios países han sido responsabilizados. Esta declaración se refiere al cambio climático, con el objetivo de reducir las emisiones de carbono a cero lo antes posible.
¿Una solución para contaminar menos?
Para que esto sea posible, dos de los países más contaminantes del mundo deben acordar adaptar sus políticas energéticas al plan para frenar el cambio climático.
Dos de estos países son Estados Unidos y China. China ha presentado recientemente el primer borrador de su plan energético quincenal.
Esto es importante no sólo porque representa los nuevos modelos a seguir por el resto de la industria mundial, sino también porque gran parte del cambio climático depende de China.
Desgraciadamente, los objetivos de China en materia de cambio climático para 2025 están en desacuerdo con los objetivos globales de cambio climático a corto y largo plazo.
China quiere dar ejemplo a otros países contaminantes
Xi Jinping, presidente del gigante asiático, ha convertido a China en uno de los primeros países en comprometerse públicamente a reducir sus emisiones de carbono a cero con el mundo.
China ha declarado que quiere reducirlos a cero para 2060. Aunque los científicos hablan de 2050 en sus declaraciones, sigue siendo un paso importante para un país tan grande.
Pero toda esa palabrería está bien, pero cuando se pasa a la acción, todo cambia. Tras la pandemia, el sector económico se vio muy afectado, pero China, al poner en marcha controles de seguridad, cerrar las fronteras y reducir los niveles de contagio, reactivó rápidamente el sector de la mejor manera posible.
En contra de sus afirmaciones sobre el cambio climático, las emisiones de carbono de China han aumentado debido a la producción de hierro y otros materiales relacionados con la construcción. Incluso, si se tiene en cuenta la ralentización de la economía, aumentaron casi un 2% en 2020.